La articulación temporo-mandibular (ATM) está formada por un conjunto de estructuras anatómicas que permiten a la mandíbula realizar movimientos de lateralidad, ascenso, descenso y en sentido anteroposterior, aplicados a la función masticatoria, al habla y a la deglución.
Las superficies articulares que componen la ATM son:
1. El cóndilo mandibular,
2. El cóndilo del temporal
3. El menisco articular
Biomecanicamente el menisco y el cóndilo deben moverse de forma conjunta por la superficie del hueso temporal. Al ser convexas las superficies de ambos cóndilos, conlleva que cada ATM humana sea esencialmente una doble articulación menisco-temporal y menisco-mandibular.
La crepitación es un sonido difuso y mantenido, que suele percibirse durante una parte considerable del ciclo de apertura o de cierre, o en ambos. Por regla general es indicativa de osteoartrosis.
El chasquido o «clic» es un ruido breve que se produce en algún momento de la apertura, el cierre o en ambos(«clic recíproco»), el origen suele ser una luxación cóndilo-meniscal con desplazamiento anterior del disco.